9788499501123
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Tanto el hombre aparentemente sano como el estreñido tienen su tracto alimentar, desde la boca del ano hasta la garganta, lleno de mucosidades enfermizas no digeridas, descompuestas y de sustancias alimenticias retenidas, en un estado de fermentación y putrefacción, puesto que durante toda su vida, sus intestinos nunca tuvieron una limpieza perfecta.
Prueba de ello, es que después de cada evacuación, el ano necesita ser limpiado artificialmente, lo que nos indica que las paredes internas de los intestinos retienen, después de su paso...
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Tanto el hombre aparentemente sano como el estreñido tienen su tracto alimentar, desde la boca del ano hasta la garganta, lleno de mucosidades enfermizas no digeridas, descompuestas y de sustancias alimenticias retenidas, en un estado de fermentación y putrefacción, puesto que durante toda su vida, sus intestinos nunca tuvieron una limpieza perfecta.
Prueba de ello, es que después de cada evacuación, el ano necesita ser limpiado artificialmente, lo que nos indica que las paredes internas de los intestinos retienen, después de su paso...
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Formato | Rústica |
Publicación | 2014 |
Medida | 15 x 21 x .4 |
Peso | 0.122 |
Páginas | 62 |
Autor | Arnold Ehret |
Editorial | E.L.A. |
Tanto el hombre aparentemente sano como el estreñido tienen su tracto alimentar, desde la boca del ano hasta la garganta, lleno de mucosidades enfermizas no digeridas, descompuestas y de sustancias alimenticias retenidas, en un estado de fermentación y putrefacción, puesto que durante toda su vida, sus intestinos nunca tuvieron una limpieza perfecta. Prueba de ello, es que después de cada evacuación, el ano necesita ser limpiado artificialmente, lo que nos indica que las paredes internas de los intestinos retienen, después de su paso por ellas, esta misma suciedad.
El autor de este librito fue declarado "incurable" de la Enfermedad de Bright por los médicos de la medicina ortodoxa, pero después de cuatro años de un estudio minucioso y de experimentos peligrosos en su propio cuerpo, pues varias veces estuvo a punto de morir, descubrió la siguiente verdad: "La enfermedad es el esfuerzo de la Naturaleza para librar el cuerpo de materias enfermizas y eliminar los residuos del sistema corporal", y sostiene que la mayoría de las enfermedades son la consecuencia de hábitos de comer equivocados, de alimentos erróneamente combinados, de alimentos acidulados y de las preparaciones comerciales que nuestra actual civilización y el hombre en general está cargando con tal masa de suciedad interna que sólo puede ser considerada como indescriptible.
En las siguientes páginas se enseñará la manera de contrarrestar las consecuencias de tales errores, que la mayoría sufre sin darse cuenta de ello.