9788479101220
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Sédir escribió este libro en 1911. Constituye un todo que puede interesar, instruir y sobre todo orientar hacia "la Vía, la Verdad y la Vida", lo que fue el objetivo supremo de Sédir. La existencia histórica de los Rosacruces siempre podrá ser discutida, puesto que salvo en 1614 en general pusieron gran cuidado en pasar desapercibidos y ocultar sus doctrinas y secretos ante el gran público.
Esta es la razón por la que creemos que hubo Rosacruces, que los hay, y que los habrá, así como hubo, hay y habrá charlatanes. La cuestión es saber separar lo verdadero de lo falso.
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HISTORIA Y DOCTRINA DE LA ROSA CRUZ
Sédir escribió este libro en 1911. Constituye un todo que puede interesar, instruir y sobre todo orientar hacia "la Vía, la Verdad y la Vida", lo que fue el objetivo supremo de Sédir. La existencia histórica de los Rosacruces siempre podrá ser discutida, puesto que salvo en 1614 en general pusieron gran cuidado en pasar desapercibidos y ocultar sus doctrinas y secretos ante el gran público.
Esta es la razón por la que creemos que hubo Rosacruces, que los hay, y que los habrá, así como hubo, hay y habrá charlatanes. La cuestión es saber separar lo verdadero de lo falso.
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Formato | Rústica Bolsillo |
Medida | 14 x 20.5 |
Peso | 0.45 |
Páginas | 360 |
Autor | Sedir |
Editorial | Humanitas |
HISTORIA Y DOCTRINA DE LA ROSA CRUZ
Sédir escribió este libro en 1911. Constituye un todo que puede interesar, instruir y sobre todo orientar hacia "la Vía, la Verdad y la Vida", lo que fue el objetivo supremo de Sédir. La existencia histórica de los Rosacruces siempre podrá ser discutida, puesto que salvo en 1614 en general pusieron gran cuidado en pasar desapercibidos y ocultar sus doctrinas y secretos ante el gran público.
Por otra parte, hace dos siglos que eruditos serios repiten, después del padre Mersenne, Gassendi, Spinoza y Leibnitz, que la Rosacruz no es más que el producto de algunas imaginaciones supersticiosas.
Se ha pretendido que los manifiestos de lso Rosacruces: la Fama, la Confessio, la Reformación, son obras de fantasía escritas por Jean-Valentin Andreae.
Lo que para nosotros no deja lugar a dudas, es que el espíritu del hombre no puede crear lo inexistente.
Todo cuanto se supone que el hombre imagina no es otra cosa que la transcripción más o menos exacta, más o menos fiel de ideas, formas, armonías existentes en su perfección en alguna parte del universo.
Esta es la razón por la que creemos que hubo Rosacruces, que los hay, y que los habrá, así como hubo, hay y habrá charlatanes. La cuestión es saber separar lo verdadero de lo falso.
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