DISCIPULADO EN LA NUEVA ERA EL II RUSTICA Ver más grande

DISCIPULADO EN LA NUEVA ERA EL II RUSTICA

9788478082643

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La señora Bailey me pidió que escribiera una introducción para el segundo tomo de El Discipulado en la Nueva Era, a lo cual accedí gustoso. Quizás resulte de valor releer la introducción que ella escribió para el primero, por estar relacionada con ambos tomos.

El Maestro Djwhal Khul, conocido también por "El Tibetano", valiéndose de la disponibilidad de A.A.B., como colaboradora entrenada, inició un excepcional y precursor experimento sobre entrenamiento para la iniciación grupal en la nueva era, que recibirían aquellos que estaban en condiciones de ingresar en...

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680.00 MXN

Ficha técnica

Formato Rústica
Publicación 1ra. Edición
Medida 13.5 x 21 x 4.5
Peso 0.716
Páginas 760
Autor Bailey Alice
Editorial Sirio

Más información

EL DISCIPULADO EN LA NUEVA ERA TOMO ll

La señora Bailey me pidió que escribiera una introducción para el segundo tomo de El Discipulado en la Nueva Era, a lo cual accedí gustoso. Quizás resulte de valor releer la introducción que ella escribió para el primero, por estar relacionada con ambos tomos.

El Maestro Djwhal Khul, conocido también por "El Tibetano", valiéndose de la disponibilidad de A.A.B., como colaboradora entrenada, inició un excepcional y precursor experimento sobre entrenamiento para la iniciación grupal en la nueva era, que recibirían aquellos que estaban en condiciones de ingresar en Su Ashrama y continuarían a medida que aceleraban su progreso o ingresaban en otro ashrama, según el caso.

Con tal finalidad el Maestro seleccionó a más o menos cincuenta personas, no todas conocidas por A.A.B., ofreciéndoles esta excepcional y trascendental oportunidad.

Casi todas ellas aceptaron, pero algunas lo siguieron por poco tiempo, debido a que el entrenamiento era difícil. En forma inevitable y humana, algunas de ellas reaccionaron bien en el trascurso del tiempo, otras no.

Resulta difícil mantener el debido equilibrio entre el alma y la personalidad, cuando el estímulo espiritual es elevado en forma inexorable. La precipitación de la fuerza del alma sobre la personalidad es idéntica a los rayos del sol que dan sobre un jardín. Malezas y flores crecen a la par.

Fue un proceso de forzamiento llevado a cabo grupalmente para la nueva era, puesto en práctica por ese grupo de discípulos que lo aceptaron voluntariamente y que podían retirarse en cualquier momento sin ser amonestados.

Los valores obtenidos fueron mucho más de lo que un simple comentario puede explicar. Gran parte de los valores más profundos son muy sutiles y tardan en surgir. Se beneficiaron grandemente en forma individual.

Como realización grupal no tuvo éxito, y lo exponen claramente estas páginas, pero el grupo es una entidad viviente en los planos internos y de posible y gran utilidad futura.

Resumen de una Declaración hecha por el Tibetano

Solamente diré que soy un discípulo tibetano de cierto gra­do; esto puede significar muy poco para ustedes, porque todos son discípulos, desde el aspirante más humilde hasta más allá del Cristo Mismo. Tengo cuerpo físico lo mismo que todos los hom­bres; resido en los confines del Tíbet y, a veces (desde el punto de vista exotérico), cuando me lo permiten mis obligaciones, pre­sido un grupo numeroso de lamas tibetanos. A esto se debe la di­fusión de que soy un abad de ese monasterio lamásico. Aquellos que están asociados conmigo en el trabajo de la Jerarquía (todos los verdaderos discípulos están unidos en este trabajo) me co­nocen también con otro nombre y cargo. A, A. B. conoce dos de mis nombres.

Soy un hermano que ha andado un poco más por el sendero y, por consiguiente, tengo más responsabilidades que el estudian­te común. He luchado y me he abierto camino hacia la luz y lo­grado mayor cantidad de luz que el aspirante que leerá este ar­tículo, por lo tanto, tengo que actuar como transmisor de luz, cueste lo que cueste. No soy un hombre viejo, con respecto a lo que la edad puede significar en un instructor, ni tampoco soy joven e inexperto. Mi trabajo consiste en enseñar y difundir el conoci­miento de la Sabiduría Eterna donde quiera que encuentre res­puesta, y esto lo he estado haciendo durante muchos años. Trato también de ayudar a los Maestros M. y K. H. en todo momento, porque estoy relacionado con Ellos y Su trabajo. Lo expuesto hasta aquí encierra mucho, pero no les digo nada que pueda inducirles a ofrecerme esa ciega obediencia y tonta devoción que el aspirante emocional brinda al Gurú y Maestro con el que aún no está en condiciones de tomar contacto, ni puede lograrlo hasta tanto no haya trasmutado la devoción emocional en desinteresado servicio a: la humanidad, no al Maestro.

No espero que sean aceptados los libros que he escrito. Pue­den o no ser exactos, correctos y útiles. El lector puede compro­bar su verdad mediante la práctica y el ejercicio de la intuición. Ni A. A. B. ni yo, tenemos interés en que se los considere como que han sido inspirados, ni tampoco que se diga misteriosamente que son el trabajo de uno de los Maestros.

Si estos libros presentan la verdad de tal manera que pue­da considerarse como la continuación de las enseñanzas impar­tidas en el mundo, y si la instrucción suministrada eleva la aspi­ración y la voluntad de servir desde el plano de las emociones al plano mental (el plano donde pueden hallarse los Maestros), entonces estos libros habrán cumplido su propósito. Si la en­señanza impartida encuentra eco en la mente iluminada del tra­bajador mundial y si despierta su intuición, entonces acéptense tales enseñanzas.

Si estas afirmaciones son comprobadas oportunamente y con­sideradas como verdaderas bajo la prueba de la Ley de Corres­pondencias, muy bien, pero si esto no es así, no se acepte lo ex­puesto.

AGOSTO DE 1934

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DISCIPULADO EN LA NUEVA ERA EL II RUSTICA

La señora Bailey me pidió que escribiera una introducción para el segundo tomo de El Discipulado en la Nueva Era, a lo cual accedí gustoso. Quizás resulte de valor releer la introducción que ella escribió para el primero, por estar relacionada con ambos tomos.

El Maestro Djwhal Khul, conocido también por "El Tibetano", valiéndose de la disponibilidad de A.A.B., como colaboradora entrenada, inició un excepcional y precursor experimento sobre entrenamiento para la iniciación grupal en la nueva era, que recibirían aquellos que estaban en condiciones de ingresar en...

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