La mujer no sólo muestra el "otro" rostro de Dios frente al rostro patriarcal representado por los valores de JHVH, el Padre o Allah, sino que la actitud femenina, que todo lo espera de Dios, está mucho más próxima a la auténtica actitud mística que la actividad "depredadora" masculina, que tiene a considerar a Dios como un trofeo a conseguir o una presa...