"Quien por las manos da, por el corazón se enriquece", dice la sabiduría ancestral. Y es que CURAR CON LAS MANOS es algo tan antiguo como el hombre, algo a caballo entre lo mágico, lo maravilloso y lo natural. Imponer manos es mucho más que calmar un dolor o equilibrar unas energías, es comunicar a la vez con el paciente y con las fuerzas del Cielo.