Multitud de hechos de origen psicológico demuestran al investigador atento que la reencarnación es un hecho de la naturaleza y no una simple teoría. Mucha gente recuerda sus vidas pasadas, aunque su recuerdo es muy parcial e indirecto y se manifiesta como hábitos, actitudes o modos de comportarse y, sobre todo, no puede hacerse a voluntad.